La impunidad de los crímenes de la dictadura da la orientación hacia el accionar de los Agentes del Estado hoy, lo que se ve facilitado al no estar tipificada la Tortura como delito. Se observa un aumento significativo de casos de violencia policial y un número alarmante de detenciones arbitrarias en manifestaciones públicas, estudiantiles, sindicales, poblacionales, pueblos Mapuche y Pewenche. A esto se suma la ausencia de normativas y leyes de protección hacia las personas afectadas en su salud mental las que también son víctimas de tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes.