En su discurso de Incorporación a la Academia de Ciencias Sociales en 1970, Amanda Labarca sostiene que los cambios e la condición de la mujer a lo largo del desarrollo de las sociedades humanas pueden explicarse en el marco de “transformaciones sociales y económicas de gran envergadura”, las que son “semejantes a las que hoy vivimos”. Señala al “industrialismo” como “el más agudo enemigo del hogar patriarcal”, a través de factores como la masificación de las comunicaciones, las innovaciones científicas y tecnológicas y la disponibilidad de anticonceptivos, destacando igualmente el largo accionar de las mujeres por sus derechos. Argumenta en seguida que no hay base biológica que sustente la superioridad o inferioridad del hombre o la mujer, enfatizando sus diferencias y su complementariedad y el importante papel de cada uno en la sociedad.